“scrum” con minúsculas

Es muy interesante observar como ciertos paradigmas van calando en la comunidad de desarrollo. Raro es ver hoy en día alguien que no defienda un modelo ágil de trabajo, puesto que sus virtudes son evidentes.

Como siempre ocurre, sabemos donde queremos ir, pero en ocasiones el camino no es lo suficientemente claro para avanzar sin dudas. Muchos son los que se pierden por diversos motivos echando a andar sin tener correctamente interiorizados los principales valores innegociables. Una vez conseguidos los mismos, lo demás vendrá solo.

Te puedes quedar, como dice un amigo, “Buscando por donde le entra el agua al coco…”

Si no afrontamos la adopción de una nueva metodología con la importancia que se merece, podemos cometer algunos errores que nos condenen al fracaso, y esto de verdad que minará la posibilidad de mejora para una larga temporada…

Algunos de los errores más comunes que nos pueden llevar a tener un SCRUM sesgado y poco efectivo pueden ser:

  • No integrar los hitos heredados en la planificación del Backlog
    Las empresas (aunque sea a golpe de ASM) hacen cosas en el día y a día. Asumen compromisos que deben cumplir. Un cambio en la metodología es una evolución, no una revolución. Deben contemplarse los hitos anteriores y encajarse en el nuevo modelo de manera natural. De nada (positivo) vale crear un sprint si el día 1 del siguiente mes debemos entregar la “master” y ese trabajo no se contempla en la planificación de Backlog.
  • Jugar con dos barajas con las prioridades
    Las prioridades y urgencias son las mismas con y sin SCRUM. La nueva metodología no va a solventarnos por arte de magia los problemas, solo nos va a dar unas reglas para afrontarlos. De nada vale planificar algo para saltarlo, haciéndonos trampas al solitario y andar como pollo sin cabeza apagando fuegos.
  • Asumir de manera parcial o sesgada las reglas del juego
    Una de las ventajas que tiene SCRUM frente a otras metodologías más predictivas, es su sencillez y empatía con el desarrollador. Estos al fin y al cabo son el motor de cualquier empresa de desarrollo de Software y colocarlos en el centro del tablero es una de los principales aciertos. Eso si, si te decantas por SCRUM implanta al menos las pocas reglas en conjunto para que la mecánica tenga sentido.
  • Presencia de roles satélites o heredados
    Al ganar visibilidad inevitablemente afloraran roles a los que se les verá el cartón. Quedará patente lo poco que aportan a día de hoy y serán grandes enemigos del cambio. Supervivientes hay en todos los sitios y tirar de la manta no les va a hacer ninguna gracia. Debemos identificarlos y recolocarlos si es posible puesto que pueden hacer mucho ruido en contra y comprometer la estabilidad. Siempre es más fácil deshacer que hacer.
  • Permitir implantar la metodología sin conciencia Top-Down
    Asumir una metodología (más siendo ágil) es un cambio profundo para una empresa. Afecta a todos los estratos de la misma y solo triunfará si se asume una conciencia global de la necesidad e implicación necesaria para el éxito. O jugamos todos o rompemos la baraja y no vale ir de farol 😉
  • Establecer un ámbito de actuación de la metodología reducido o para partes de los equipos
    Todo lo que ganemos en agilidad, es un éxito, pero los avances se multiplican y crean sinergias muy positivas cuanto mayor es el dominio se implantación de la misma. Asumirla en equipo muy estancos obliga a realizar un esfuerzo titánico por parte de unos pocos y no fomenta el ROI de las inversiones.
  • Impedimentos de Hardware, limitación de inversiones
    las herramientas no son parte de la metodología en si misma, sino la forma de implementar la misma. Olvídate de reinventar la rueda, existen herramientas muy poderosas que te permitirán a un coste asumible ser muy productivo. Con la aparición del Cloud Computing dichos costes pueden ser todavía más elásticos permitiendo a pymes y empresas con pocos recursos contar con las mismas herramientas que antes solo estaban al alcance de las grandes. SAAS de TFS es un buen ejemplo de este escenario.
  • Intentar implantar todas las best-practices a la vez
    Es mucha la gente que piensa que un conjunto de best-practices relacionadas con el mundo del desarrollo del Software son parte de SCRUM. Esto no es así. Está claro que cuanto mejor desarrollemos, mayor ventaja competitiva tendremos. Esto es independiente de la metodología que empleemos. Tanto en CMMI , RUP o MSF realizar pruebas unitarias, builds automatizadas, patrones de diseño…son prácticas muy valoradas. Es verdad que en aspectos ágiles todavía son más relevantes puesto que el intervalo de entrega se acorta (valor solo entendido como Software potencialmente entregable) pero esto es la guinda del pastel.
  • Falta de paciencia y fe en los resultados
    Como ya hemos comentado, no existe una varita mágica que nos resuelva los problemas. Solo con trabajo y esfuerzo llegarán los frutos. Es un proceso continuo, sin un fin definido. Siempre podremos ir mejorando y adaptándonos a las nuevas realidades que surjan por el camino. Si te decides a implantar SCRUM no esperes que al terminar el primer Sprint tu empresa se otra. Valora si es un poco mejor de lo que lo era antes. Evalúa la tendencia, no (solo) la foto y por supuesto, replantearte continuamente los procesos, identifica las acciones en cascada y disuélvelas con una integración más orgánica.

Estos son algunos de los puntos sobre los cuales debemos poner el foco a la hora de intentar implementar cualquier metodología en una empresa. Aunque son problemas comunes se acentúa aún más cuando deseamos trabajar con metodologías ágiles.

Por cierto, la palabra ágil no está empleada por que sí. Para que el conjunto sea ágil todos los componentes del mismo deben serlo. Esta necesidad nos obliga a identificar los puntos que no lo son y tratarlos como impedimentos (teoría de los cuellos de botella). Este proceso de mejora continua es el que nos permite adquirir agilidad puesto que los valores absolutos no tienen cabida en este marco.