En que nos estamos metiendo, en el nombre de todos los dioses…

Esta mañana, en medio de una fila infinita en la autopista, por eso del aburrimiento y por hacer algo más útil que solamente mirar a los otros «knowledge workers» sentados en sus autos esperando a salir de la fila, me he puesto a leer un artículo de Mike Gunderloy («Revolution Time Again«), uno de mis columnistas favoritos.


El articulo habla sobre las revoluciones en desarrollo de software que hemos «sufrido» los últimos años: de DOS a Windows, de 16 a 32 bit, de Visual Basic 3/6 a DotNet. Yo agregaría algunas otras más: mi primer programa fue escrito en Fortran y programado en tarjetas perforadas… probablemente la mitad de las cuatro personas que están leyendo esto no tienen ni idea que es una tarjeta perforada (http://mx.geocities.com/aqilesboy2003/historiadelacomputacion/tipica.html, para que se enteren).


Pero bueno, el articulo se pregunta si vale la pena de meter un montón de esfuerzo en aprender a utilizar y programar con la nueva revolución de software que Microsoft nos está dando con el DotNet 3.0: Windows Presentation Foundation, Windows Communication Foundation, Windows WorkFlow Foundation, Office 2007… porque no darle un vistazo a Apple o al mundo de Unix/Linux, pero, sobre todo a aplicaciones Web.


Hace algún tiempo, en un arrebato de desesperación cuando el SDK de SharePoint 2007 fue publicado por primera vez, fuera de arrancarme los pocos pelos que me quedan en la cabeza, escribí algo por estos lados para sacarme un poquito la frustración (http://blogs.clearscreen.com/skunkworks/archive/2006/06/07/3069.aspx). El API de SharePoint pasó de cuatrocientas y algo clases a 1.260 con un numero que no quiero saber de métodos, propiedades y eventos. Poco a poco, y luego de usarlo casi un año, la desesperación se ha ido convirtiendo en conocimiento, y ahora estoy empezando a entender un poquito de que se trata el asunto de nuevo… así que cuando venga la nueva versión, dentro de dos o tres años, probablemente ya lo estaré conociendo más o menos bien, y tengo que empezar de nuevo (casi) desde cero… magnifico…


Por pura casualidad, en estos días también estuve filosofando con mi jefe sobre el mismo tema. Muchos de los clientes para los que trabajamos quieren que los proyectos se hagan a precio fijo, y mi jefe tiene problemas enormes para explicarles que los riesgos que implican hacer proyectos con tecnologías muy nuevas (la compañía hace bastante proyectos utilizando las betas de Microsoft), hace casi imposible trabajar a precio fijo: la información técnica es mínima, es necesario invertir mucho tiempo en probar, probar y volver a probar (muchas veces para encontrar que, simplemente, no es posible hacer lo que quieres), y la falta de experiencia hace que todo dure un tiempo indeterminado. Como argumento a favor, a mí se me ocurrió solamente que el conocimiento que nosotros recopilamos en un trayecto de este tipo lo podemos utilizar más rápidamente que la competencia: un «ventaja tecnológica»… Su argumento fue apabullante: el desarrollo tecnológico va a tanta velocidad, que cuando estamos listos con una tecnología, nos la cambian y tenemos que empezar otra vez desde el principio…


Así que el dilema continua: seguir corriendo detrás de la zanahoria, como el burro del proverbio para mantenernos en la «punta de la lanza», o parar por un tiempo, estabilizar lo que sabemos, y luego seguir con lo siguiente, corriendo el riesgo de volvernos viejos tecnológicamente…


Gustavo – http://www.gavd.net/servers/
Escriba un Comentario que me haga reir…

3 comentarios sobre “En que nos estamos metiendo, en el nombre de todos los dioses…”

  1. Yo te voy a dar mi opinión.

    Cualquier ente relacionado con la informática, si se para en su continua formación, para desarrollar lo conocido hasta ese momento, saldrá perdiendo fijo.

    Esta claro, que la innovación en las tecnologías tiene varios sentidos, por un lado el interes economico, por otro lado el interes técnico.

    Si yo tuviera una empresa (jaja) lo tendría claro, no iba a tener a todos mis trabajadores estudiando por obligación las nuevas tecnologías, pero si tendría una sección (al menos) obligada a probar y reprobar todas las nuevas betas para ver hasta donde podríamos explotarlas de cara a nuestros clientes.

    Eso si, tendría otras secciones de desarrollo, las cuales harían aplicaciones sobre entornos, los cuales ya conocerían, y sabrían sus limites.

    Creo que por desgracía, Gustavo, creo que no nos queda otra que correr detrás de la zanahoria, pero por que? por que esa zanahoria nos hará fuertes, nos dará conocimiento, cosa que por desgracía muchisisisimos informaticos no persiguen. Por eso nos hará diferentes.

    Yo le diría a tu jefe o que bien destinara un grupo de trabajadores a la «innovación contínua» o que siguieras igual. El que sale ganando, pese al increible avance de las tecnologías, y el continuo estudia que te toca, eres tu.

    Un saludo. Carlos.

  2. Carlos me gustó mucho tu aportación. Gustavo en parte tiene razón, es una carrera interminable y muy desgastante, pero el estar persiguiendo a la zanahoria hace a personas tan valiosas, que logran hacer un impacto significativo en las empresas, su evolución y por ello el proceso cada vez es más rápido, pues los profesionales de adaptan a las condiciones laborales y del mercado mucho más rápido y todo es un ciclo que se relaciona, pero si esos It Pros que se pasan la vida corriendo tran la zanahora no habría pasión por conseguir lo que uno se propone, y tener la mentalidad de hacer cosas grandes cada día, gracias Gustavo, pues desde que empecé con SharePoint fuiste como un ejemplo indispensable con toda la información que has compartido a través de tu página y los foros, al igual que el buen Carlos,

    Saludos

    Luis.

  3. Carlos en Luis, gracias por los comentarios. Estoy de acuerdo con los dos en lo que dicen sobre que es mejor no detenerse y seguir «tirando pa’lante». O, como dijo alguna vez un político famoso de mi tierra: «Si adelanto, síganme; si me detengo, empújenme; si retrocedo, mátenme»… y lo mataron… pero bueno, ese es otro problema.
    De una u otra forma, nosotros lo tenemos fácil en comparación con el dilema de mi jefe: el tiene que conseguir el dinero para pagarme el sueldo a mí, y si no hace un equilibrio rendadle entre ser «punta de lanza» y «parar y consolidar», todos vamos a dormir bajo un puente muy rápidamente. Un saludo. Gustavo.

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