Migrando de iPad a un tablet con Windows 8 (Parte I)

Post original en JASoft.org: http://www.jasoft.org/Blog/post/Migrando-de-iPad-a-un-tablet-con-Windows-8-(Parte-I).aspx

ipad_vs_Win8Hace dos años, en noviembre de 2010, me compré un flamante iPad, de primera generación. La verdad es que esa primera tableta supuso un cambio fundamental en mi manera de consumir información. Aunque ya tenía diversos ordenadores con los que había intentado consumir información de manera cómoda, ninguno llego a cuajar. Me refiero a poder navegar, leer, usar redes sociales, comunicarme, subrayar y comentar documentos…  sin tener que estar sentado delante del ordenador en mi despacho hogareño y pudiendo hacer otras cosas al mismo tiempo, como ver la tele, conversar con alguien, etc…: desde el sillón, o en una terracita veraniega… Un portátil no es la solución, al menos para mi y un tablet por el contrario es perfecto.

Tuve un infame Netbook al que incluso le llegué a instalar Windows 7. También un diminuto ordenador silencioso con Windows 7 para colocar debajo de la tele y usarlo al mismo tiempo para navegar… Pero ninguno se adaptaba realmente a esas necesidades de la vida digital. Sin embargo con el iPad la cosa cambió mucho: podía usarlo cómodamente sentado en cualquier sitio, navegar por páginas "de verdad" (y no sus horrorosas versiones móviles), con infinidad de aplicaciones de calidad y sin necesidad de teclado, ratón o cables, y con una batería que le duraba 10 horas. Sensacional.

Alguien me dirá entonces: "Si tan contento estás con tu iPad ¿por qué lo has cambiado por un tablet con Windows 8?".

La obsolescencia programada de Apple

El mayor problema del iPad es la horrorosa política de obsolescencia programada de Apple. Cuando lo compré funcionaba de maravilla. Ni un fallo, todo se ejecutaba muy rápido y era una delicia de usar.

La dicha duró relativamente poco. Una vez que Apple lanzó la actualización a iOS 5.0 en octubre de 2011 cuando la cosa empezó a ir cuesta abajo. En cada nueva pequeña actualización las cosas iban de mal en peor. Las aplicaciones rompen constantemente, y no me refiero solamente a las de terceros: hablo de las propias aplicaciones nativas del sistema operativo como el navegador o el visor de YouTube. Esos continuos fallos hacen que el chisme sea casi inutilizable. Además, cuando no rompe directamente, las pestañas del navegador se recargan cada vez que te mueves entre ellas, por lo que si estás leyendo pierdes la posición y si, por ejemplo, estás subrayando algo con la barra de Diigo (algo que uso muchísimo), pues vuelta a empezar en cada consulta a otra página que hagas. Un infierno.

Para colmo de males Apple decidió no soportar el iPad original en el reciente iOS 6 de finales de septiembre, y eso que sí soporta teléfonos viejos como el iPhone 3GS. Eso significa que están condenando a mi iPad a ser un pisapapeles caro en muy poco tiempo.  No le puedo ni instalar aplicaciones nuevas como la de GMail porque directamente rompen al abrirlas.

Es lamentable no, lo siguiente.

Estoy convencido (y no soy el único) que es una política deliberada de Apple para forzar a los usuarios a comprar un modelo nuevo. Aunque viendo lo que han hecho con el "new iPad", sacando un "new new iPad" medio año después, hasta los más fanboys de Apple se lo están pensando mucho antes de repetir.

Desde luego a mi no me pillan otra vez, lo tengo claro.

Tablets con Windows 8

Es una gran paradoja el hecho de que los más conservadores respecto a la tecnología suelen ser los técnicos.

Por ejemplo, la mayoría de los técnicos que conozco han sido de los últimos (si es que lo han hecho siquiera) en utilizar las redes sociales. No las entienden y les parecen una pérdida de tiempo, cuando bien utilizadas son justo lo contrario. Pero pasa casi constantemente (un día escribiré sobre este tema en concreto, que creo que es interesante).

Cuando apareció el primer iPhone fueron muchos los que lo criticaron, algunos de manera poco técnica (Chema es amiguete, ojo, y lo que dice muchas veces sobre seguridad de iOS tiene más razón que un santo, pero en ese enlace y en este no estaba precisamente hablando de nada técnico), y cuando apareció el iPad fuimos muchos los que pensamos que era un #fail como una casa (hasta que tocamos uno, claro, entonces lo queríamos).

Ahora con Windows 8 parece que hubiese una cruzada en su contra.

Está claro que cuando algo deja de ser "cool" (en este caso Microsoft) da igual que creen el mejor producto del mundo que la prensa especializada y los "enteraos" de turno no le van a dar ni una oportunidad. Pero es que además se le une el hecho de la tendencia conservadora de los técnicos que comentaba antes.

Cuando vi por primera vez Windows 8, hace ya más de un año, fui de los que a la primera de cambio decidió que no le gustaba. De hecho, unos meses después, escribí lo siguiente en este mismo blog:

"He de confesar públicamente que la interfaz Metro y la desaparición del botón de inicio me irritan y es algo que no me gusta nada. para un "power user" como yo es una pérdida de productividad en un entorno no táctil, si bien probablemente para los usuarios más comunes pueda ser mejor"

¡Qué equivocado estaba!

Al final la pereza y la resistencia al cambio hace que no le dediquemos ni medio minuto a esforzarnos en entender mejor los nuevos conceptos y sus verdaderos puntos fuertes. Ahora, con varios meses a mis espaldas usando Windows 8 en el día a día he de decir que me parece una sensacional idea, y que no me volvería a Windows 7. Desde luego en un tablet las ventajas son muy claras, pero en un ordenador común, sin elementos táctiles, una vez que te acostumbras a lo cuatro gestos es muy fácil y tanto o más productivo que en versiones anteriores

La mayor pega que le pone todo el mundo es que "es difícil de manejar" y cosas tan técnicas como que "la pantalla de inicio no me gusta,prefiero el menú de inicio de toda la vida".

¿Difícil de manejar? Comparemos los gestos que se usan en un iPad (y que estoy seguro de que el usuario medio desconoce) con los de un tablet con Windows 8 y veamos si es más difícil:

Gesto iPad Windows 8 Comentarios
Cambio de app Deslizar horizontalmente con cuatro dedos Deslizar horizontalmente un dedo desde el borde izquierdo En Windows 8 haces esto hasta sin saberlo, por casualidad lo puedes descubrir.
Mostrar los programas abiertos Deslizar cuatro dedos verticalmente Deslizar ligeramente en horizontal un dedo desde el borde izquierdo y regresar al borde Vale, este cuesta un poco cogerle el truco, pero es realmente sencillo y más visual, pues te muestra una vista previa en tiempo real del contenido de cada ventana.
Volver a la pantalla principal Cerrar los cinco dedos sobre la pantalla, como pellizcando con todos. Por supuesto, pulsar el único botón que tiene el iPad hace lo mismo Pulsar el botón de inicio (el único que hay también)  
Cerrar una aplicación deslizar cuatro dedos verticalmente. En la barra de aplicaciones que aparece dejar pulsado durante un segundo cualquier icono hasta que se pongan a temblar. Pulsar el icono rojo de cerrar. Pulsar el botón de inicio para regresar al modo normal Deslizar un dedo desde arriba a abajo de la pantalla Infinitamente más cómodo y rápido en Windows 8.
Mostrar acciones adicionales No se puede: todo debe estar visible en la pantalla o deberemos cambiar de ventana en la aplicación para encontrarlas Deslizar el debo desde el borde inferior de la pantalla Las guías de diseño de Windows 8 favorecen el uso contextual de acciones, para poder ofrecer en cada caso lo más apropiado.
Moverse adelante y atrás en el historial de navegación En Safari no te queda más remedio que pulsar los botones de adelante y atrás para poder moverte Deslizar un dedo horizontalmente Muy cómodo cuando estás navegando, sin tener que apuntar a ningún elemento concreto, en otro lado de la pantalla, para hacerlo.
Buscar algo en el dispositivo Deslizar el dedo de derecha a izquierda desde la pantalla principal Deslizar el dedo desde el borde derecho y pulsar "Buscar" En el menú de inicio de Windows 8, si tienes teclado, basta con empezar a escribir para iniciar una búsqueda. Lo mismo ocurre en la mayor parte de las aplicaciones, así que es inmediato.
Compartir algo en redes sociales u otros servicios Botones específicos que debe poner cada aplicación Deslizar el dedo desde el borde derecho y pulsar "Compartir"  
Deshacer lo último tecleado Agitar el iPad con fuerza horizontalmente varias veces Simplemente CTRL+Z en el teclado virtual, como toda la vida. Lo de menear el iPad (o el iPhone) para deshacer es lo más anti-intuitivo que he visto y de hecho muy pocos dueños de dispositivos Apple que yo conozca lo saben.

Básicamente en Windows 8 lo único que hay que hacer es deslizar un dedo desde cualquiera de los bordes de la pantalla hacia adentro. Con este gesto básico puedes conseguir prácticamente todo.

Adicionalmente hay tres cuestiones fundamentales (entre otras muchas menos importantes) que en mi opinión otorgan una clara ventaja a Windows 8 frente a iPad:

  • La posibilidad de usar dos aplicaciones a la vez en una tableta. Esto no lo valoras tanto hasta que lo tienes. Por ejemplo, puedes tener una conversación de Skype o Facebook abierta en el lateral y al mismo tiempo estar navegando para consultar algo, o trabajando en el escritorio sin perder de vista la aplicación original. Es realmente útil. En esta figura, por ejemplo, tengo abierto el correo electrónico en el lateral y al mismo tiempo estoy navegando por Internet.

Windows8_VistaSplit
Pulsa para aumentar

  • Conectividad total y acceso al sistema de archivos. En un iPad para meter cualquier archivo y utilizarlo debes pasar por iTunes o bien las propias aplicaciones deben emplear algún tipo de artificio para dejarte copiar ficheros en ellas: desde montar su propio servidor FTP al que debes conectarte (muy habitual) hasta usar conectividad con servicios como Dropbox o SkyDrive para poder mover archivos al dispositivo. Un verdadero peñazo. Es más, si en un iPad quieres pasar un archivo de un programa a otro, éstos deben implementar la capacidad de comunicarse entre ellos para poder recoger ese testigo, copiarlo de nuevo al otro programa y una vez allí utilizarlo. Más cerrado imposible. En Windows, por el contrario, todos los programas pueden acceder al almacenamiento común (con los permisos que decidamos, claro) y basta navegar hasta un archivo para poder utilizarlo. Lo podemos conectar a una red local, usar una tarjeta de memoria, copiarlo desde cualquier servicio en la nube… no hay limitación. No tiene nada que ver con el obsesivo sistema de Apple.
  • Es un sistema operativo completo. Por lo tanto puedes instalarle cualquier aplicación que instalarías en tu equipo de sobremesa normal. Por ejemplo, ¿no puedes ver nativamente videos en formato DIVX o MKV? Pues te instalas el visor VLC y punto. O instálate el escritorio Movistar y navega por internet con un módem USB normal y corriente. Etc, etc… OJO, esto no aplica a Windows 8 RT, que es una versión exclusivamente para aplicaciones de la Windows Store. No obstante no conviene abusar de esto, ya que lo interesante de un tablet es usar lo menos posible el escritorio, pero te puede sacar de un apuro y te servirá para aplicaciones con poco uso de la interfaz gráfica.

Además, personalmente llevo preconizando durante años que el futuro de la informática pasa por la convergencia del hardware y las plataformas, para lo cual se necesita un sistema operativo adaptable al contexto (desarrollo el concepto más a fondo en mi otro blog). Windows 8 es un primer paso en la dirección correcta, y creo que en dos años nadie pondrá en duda la validez de las ideas que presenta.

La arriesgada apuesta de Microsoft de forzar a todos los usuarios a utilizar la nueva interfaz, aún en sistema no-táctiles, creo que es necesaria para provocar este cambio. De otro modo la natural reticencia al cambio haría que casi nadie quisiera utilizarla, y se dañaría esta visión.

Estamos todavía ante los inicios de la nueva generación de Windows, y todavía quedan muchos detalles por mejorar, especialmente la disponibilidad de ciertas aplicaciones, pero creo que el tiempo les dará la razón.

En la segunda parte de este post comentaré cuál es el tablet que me he comprado y haré un "mapeado" entre las aplicaciones que usaba en el iPad y las que utilizo en Windows 8 como equivalentes.

¡Hasta muy pronto!

· Migrando de iPad a un tablet con Windows 8 (Parte II)

 

NOTA IMPORTANTE: Con este post sólo pretendo dar mi opinión personal sobre Windows 8, las tabletas y otras cuestiones relacionadas, de forma que puedan resultar útiles para otras personas, sobre todo las que quieran comprarse un tablet con Windows 8. Soy consciente de que mucha gente no piensa igual que yo, y de que para gustos se hicieron los colores. Así que no voy a entrar a discutir ni a valorar ningún tipo de opinión relacionada con si la nueva interfaz de Windows es mejor o peor, o si Microsoft es de tal o cual manera y Apple lo contrario, etc… No soy empleado de Microsoft ni tengo obligación alguna de discutir estas cosas, por lo que si tú y yo no estamos de acuerdo, perfecto, no pasa nada. Yo creeré que estás equivocado y tú lo mismo de mi, pero prefiero no discutirlo. ¿De acuerdo? Gracias por tu comprensión. Todos los demás comentarios son bienvenidos 🙂

Un error común de concepto: La "velocidad" de conexión a Internet

Post original en JASoft.org: http://www.jasoft.org/Blog/post/Un-error-comun-de-concepto-La-velocidad-de-conexion-a-Internet.aspx

FerrariCaracolEstos días mi proveedor de acceso a Internet (R cable) nos ha hecho un gran regalo a todos los clientes: nos ha duplicado la "velocidad" gratuitamente y para siempre. Así que en lugar de conectarme a 50 Mbps como hasta ahora. lo haré a 100 Mbps. Mira, ¡como los japoneses!. Así da gusto. Ahora podré bajarme las cosas el doble de rápido… ¡Error!

Esta (en cualquier caso) buena noticia me ha hecho recordar que tenía pendiente escribir algo sobre este asunto de la "velocidad" de conexión a Internet. Y es que escribo el término entre comillas porque es incorrecto, y de hecho es un concepto que casi todo el mundo interpreta mal y confunde. Y los primeros que fomentan esta confusión, por intereses comerciales, son los propios proveedores de conexión a Internet, a los que le resulta mucho más fácil venderte que te aumentan la velocidad cuando en realidad lo que aumentan es la capacidad, que son cosas muy diferentes. Pasa algo parecido al comprar una cámara de fotos (te venden Megapíxeles que es casi lo de menos a partir de cierta cantidad e influye más el tamaño del sensor y su calidad) o un ordenador del que te venden la velocidad del procesador, cuya influencia hoy en día es muy pequeña.

Por eso tenía ganas de escribir este artículo: creo que es importante aclararlo y que todos sepamos distinguir correctamente la velocidad de la capacidad de una conexión. Nos ayudará a entender mejor lo que nos ocurre muchas veces con nuestras conexiones.

Un símil para empezar

Imagínate que tienes que transportar a 50 personas desde Madrid a Valencia (unos 350 Km) de la manera más rápida posible, y para ello dispones de un autobús y de un Ferrari.

¿Cuál de los dos vehículos es más rápido?

Creo que está claro para todo el mundo que el Ferrari es mucho más rápido, pero si la pregunta fuese:

¿Cuál de los dos vehículos tiene más capacidad?

está claro entonces que el autobús tiene más capacidad.

Así que:

¿cuál escogerías para la tarea que te han encomendado?

Pues de nuevo está claro que el autobús, que será capaz de llevar a toda esa gente en un solo viaje, aunque tarde 4 horas. Si usásemos el Ferrari y no nos importan las multas ni la vida de los demás podríamos llevar a dos personas en un tiempo ideal de 1 hora, pero para llevar a 50 tendríamos que hacer 25 viajes, así que tardaríamos mucho más que con el autobús. Si la tarea fuese transportar a 2 personas de Madrid a Valencia lo antes posible, entonces escogeríamos el Ferrari sin lugar a dudas.

Para ver mejor el concepto que quiero transmitir vamos a hacer unos pocos números, de modo que veamos los tiempos que necesitan nuestros vehículos para transportar a los 50 viajeros:

  • Autobús: 50 personas/4 horas = 12,5 personas/hora
  • Ferrari: 50 personas / 2 pasajeros cada viaje = 25 viajes, 25 viajes x 2 horas cada viaje (ida y vuelta, OJO) = 50 horas, así que 50 pasajeros / 50 horas = 1 pasajero/hora

Es decir, para transportar a 50 personas el autobús es 12,5 veces más "rápido" que el Ferrari.

Pero todos sabemos que no es cierto, y que el autobús no es más rápido que el Ferrari, sólo tiene más capacidad. Si alguien nos viniese a vender un autobús al precio de un Ferrari diciéndonos que es mucho más rápido le diríamos que nos está tomando el pelo.

Pues esto es precisamente lo que hacen los proveedores de conexión a Internet cuando te están vendiendo sus productos de conectividad, diciendo que te ofrecen 20 Mbps o 100 Mbps de "velocidad". Simplemente no es cierto. Lo que te están vendiendo es capacidad de transmisión de datos, que es algo muy diferente.

La confusión inicial viene de que Kbps significa Kilobits por segundo, es decir, cantidad de miles de bits por segundo o Kb/s. Y como la velocidad en el mundo físico se mide en m/s (espacio entre tiempo), el ver esos segundos en el denominador nos evoca la idea de velocidad, pero no es así en absoluto, como espero que el ejemplo haya dejado claro.

La latencia de una conexión

Hay un parámetro del que raramente se habla y que es tan importante (o más, según la aplicación que quieras darle a la conexión) que la mal llamada velocidad de conexión: la latencia. Yo jamás he visto a ningún proveedor que la mencione en sus ofertas, ni siquiera bajo un asterisco en la letra pequeña. Y este parámetro es de crucial importancia.

La latencia es una medida del retraso, es decir, es el tiempo que tarda un paquete de datos de ir de su origen (tu ordenador) a su destino (Google por ejemplo). Se suele medir en milisegundos, y se suele considerar (por facilidad de medida) el tiempo que tarda un paquete de datos en hacer un camino completo de ida y vuelta entre dos ordenadores.

La latencia entre dos máquinas es muy fácil de determinar, pues basta hacer un "ping" a nuestro nodo de destino para ver este dato.

Por ejemplo, nuestro servidor de campusMVP internacional está ubicado en EEUU, precisamente para que la latencia para los clientes que tenemos allí sea la menor posible. Veamos qué tiempos me da si hago un ping desde mi ordenador en España:

Ping_campusMVP_net

 

En promedio 164 milisegundos de latencia, es decir, tarda 164 ms en ir y volver de mi portátil hasta nuestro servidor en EEUU. No está nada mal aparentemente…

Veamos ahora el mismo ping pero a campusMVP.com que está ubicado en España:

Ping_campusMVP_com

¡42 ms! Es decir, cuatro veces menos tiempo o lo que es lo mismo 4 veces más rápido, más velocidad (¡ahora sí!). La diferencia es enorme. Sin embargo es la misma conexión, y por lo tanto el mismo ancho de banda.

Nota: Si haces la prueba contra Google, por ejemplo, verás que la latencia es mínima siempre, porque estas empresas tienen servidores repartidos por todo el mundo y siempre te conectas al que está más cercano a ti.

¿A qué se debe esa diferencia?

Hay varios factores que contribuyen a la latencia de una conexión:

  • Retardos de transmisión: cuando un ordenador en España se comunica con un servidor ubicado en Estados Unidos, lo primero que debe hacer es cruzarse medio mundo. Aunque la fibra óptica hace un gran trabajo moviendo la señal y consigue velocidades de más de la mitad de la velocidad de la luz, cuanto más lejos esté un servidor del otro más retardo existe por las propias restricciones físicas. Así que ahí perderemos siempre unos cuantos milisegundos (más cuanto más lejos sea) incluso aunque tendamos un cable de fibra óptica directo y en línea recta entre los dos nodos.
  • Retardos de propagación: hace un momento decía que la fibra óptica consigue más de la mitad de la velocidad de la luz, pero no la velocidad completa. El motivo es que las propiedades físicas inherentes al medio limitan la velocidad de propagación de la señal. Dependiendo del medio que se use para transmitir puede llegar a influir mucho. Las conexiones a través del "aire" como las de los móviles o las de satélite tienen una latencia muy elevada.
  • Retardos de procesado: los aparatos que están en el medio de toda transmisión incorporan su propio retraso también: tarjeta de red, router, switches… y demás elementos que forman parte de la red y de Internet, deben procesar cada paquete y eso añade cierto retraso aunque sea muy pequeño. Hoy en día tiene muy poca importancia, pero por ejemplo cuando hace 15 años nos conectábamos con módems de 53 Kbps, esos chismes solían añadir latencias enormes a las conexiones. O sea, no es que tuvieran poca capacidad, sino que encima le añadían mucha latencia a las comunicaciones.

Como vemos, el ancho de banda, mal llamado "velocidad", no es el único factor que debería preocuparnos…

Nuestro proveedor de acceso a Internet puede tener una influencia muy alta en la latencia de nuestra conexión, ya que si usa equipos de transmisión lentos puede llegar a afectarnos muy negativamente por muy bueno que sea el ancho de banda que nos da.

¿Cómo sabemos qué parte de la latencia corresponde a nuestro proveedor o a nuestro router frente al resto de elementos que entran en juego?

Muy fácil: usando la herramienta tracert (o traceroute), que sirve para trazar la ruta entre nuestro equipo y otro en Internet, dejándonos ver los nodos intermedios por los que pasa y el tiempo que tarda en alcanzarlos:

tracert_campusMVP_net

 

En la captura anterior podemos ver todos los nodos por los que pasan los paquetes de comunicación para llegar desde mi portátil hasta el servidor que alberga www.campusmvp.net, ubicado en EEUU. Dentro de la red de mi proveedor de Internet (R-cable) la latencia es muy pequeña. Son los 3 primeros saltos y no se demora más de 10-11 ms, lo cual está muy bien. Puedo decir que mi proveedor funciona de maravilla en este momento concreto, pues me está dando un ancho de banda enorme con una latencia muy buena. Pero a otra hora del día o si hay cualquier otro tipo de problema, la situación no tiene porque ser tan favorable (los cable-módem son muy sensibles a problemas en la señal y ya he tenido algún que otro problema antes) y conviene que lo controlemos.

La importancia de la latencia

Ahora es cuando alguno dirá: "Bueno, muy interesante, pero me da igual: yo sólo me bajo archivos grandes, como vídeos y música, así que aunque tarde un poco más en arrancar la descarga, no me importa".

Se trata de un error. De lo que el usuario medio de Internet no se da cuenta es de que el protocolo TCP/IP utiliza paquetes para mover la información entre dos nodos. Así que cualquier archivo que queramos transmitir, por grande que sea, se divide en miles o millones de esos pequeños paquetes, que se transmiten entre ambos nodos. Además, esos paquetes no se envían y ya está, sino que como hay que asegurar que se reciben todos y además juntarlos en el orden adecuado, entre ambas máquinas se están transmitiendo todo tipo de paquetes de control y "acuse de recibo" que ayudan a coordinar esa recepción (TCP/IP se diseñó así para que fuera redundante y tolerante a fallos). Así que incluso con archivos grandes la velocidad de transmisión de los paquetes, o sea la latencia, es muy importante.

Incuso en protocolos que utilizan TCP/UDP, modalidad en la que los paquetes se envían pero no se asegura ni el orden de recepción ni la integridad, es importante la latencia. Por ejemplo, la mayoría de las aplicaciones de videoconferencia o telefonía por Internet utilizan el protocolo de transmisión UDP, así que no tienen tanto tráfico de coordinación. Es más, para mantener una conversación de voz por Internet el ancho de banda necesario es muy pequeño. Incluso con un módem de hace 15 años tendríamos ancho de banda suficiente para hacer voz sobre IP. El problema que había entonces con esos aparatos que hacía que fuera un infierno y acabó con muchos de los precursores de Skype, era precisamente la latencia, y de hecho hoy en día sufrimos los mismos problemas cuando usamos estas aplicaciones a través del móvil y su conexión 3G. Si tienes una latencia de 100 ms (que no parece mucho, es una décima parte de un segundo), lo más probable es que la conversación se oiga entrecortada y tengas mala calidad.

Aunque una conexión 3G puede dar capacidades superiores a los 3Mbps, en la práctica lo normal es que estén alrededor de los 1,7 o 2 Mbps si tenemos suerte, lo cual de todos modos no está nada mal. Para la mayor parte de las aplicaciones ese ancho de banda es suficiente. Sin embargo la latencia de una conexión 3G es muy alta. Para hacernos una idea mira el mismo ping anterior a campusmvp.com, pero esta vez hecho desde mi móvil, ubicado en la misma habitación desde la que escribo pero conectándome a través de 3G:

Ping_campusMVp_com_3G

Fíjate como lo normal es que sea de 249 ms (5,4 veces más que desde el cable) y ¡con picos de casi 500 ms!

Además las conexiones móviles tienen el problema adicional de que, para ahorrar batería, no están todo el tiempo conectadas y a veces para iniciar la conexión tienen que negociarla de nuevo, lo que puede añadir uno o dos segundos más de retraso antes de que empiece a funcionar con la latencia tan mala que hemos visto.

Otro ejemplo: OnLive. Ya he hablado en mi otro blog de este servicio de juegos 3D renderizados en la nube. Sólo pueden atender a clientes ubicados a menos de 1.000 millas de sus servidores (unos 1.600 kilómetros). Y da igual el ancho de banda que tengas: se trata de una limitación física que viene dada por la latencia, no por la capacidad. Es un ejemplo claro.

Hay otras muchas aplicaciones en las que la latencia tiene un papel importante, pero lo más común son la videoconferencia, la voz sobre IP y los videojuegos.

Entonces ¿el ancho de banda no importa?

Claro que sí, pero no es tan importante como todo el mundo piensa y su influencia en la velocidad real de descarga de páginas y archivos es menor de lo que nos quieren hacer pensar. De hecho el gigante de Internet Akamai en su estudio trimestral del estado de Internet hace hincapié en la influencia del ancho de banda y de la latencia en los tiempos de carga de las páginas y los resultados son reveladores: a partir de cierta capacidad de ancho de banda (en torno a los 8 mbps) la cosa no mejora:

bandwidth-vs-latency_pagespeed

La gráfica de la izquierda es el tiempo de carga medio de las páginas en función del ancho de banda. Como vemos para los tramos inferiores la cosa se nota bastante, pero a partir de los 7-8 Mbps ya no. Sin embargo la gráfica de la derecha es muy reveladora pues es ese mismo tiempo de carga promedio para páginas web en función de la latencia: cada mejora de unos pocos milisegundos en la latencia se traduce inmediatamente en una reducción del tiempo de carga de la página.

Para descargar archivos de servidores con mucho ancho de banda seguramente la influencia es mayor y mejor tener más ancho de banda todavía, pero sinceramente de 50 Mbps a 100 Mbps la diferencia no será apreciable. Eso sí, para mi proveedor de acceso a Internet es una estrategia comercial estupenda: tiene a los clientes dando palmas con las orejas porque les han duplicado la velocidad de descarga, pero el alcance es mucho más limitado de lo que esos clientes se piensan.

En resumen

Los proveedores de conexión a Internet suelen hablar de "velocidad de conexión" cuando realmente deberían hablar de "ancho de banda". Además ninguno da información sobre la latencia ni asegura de modo alguno un mínimo para ésta dentro de su red. De hecho por eso la contratación de líneas exclusivas para comunicaciones en centros de datos es tan cara: lo que pagamos no es tanto el ancho de banda, que es muy barato, sino la latencia mínima que incluyen con ellas los proveedores.

A la hora de valorar la calidad de una conexión a Internet doméstica, el ancho de banda no es la única variable que importa. La latencia de la conexión es muy importante también y según las aplicaciones que queramos utilizar puede llegar a ser más determinante incluso que el propio ancho de banda. Así que deberíamos tratar de ver ambos. Los miles de test de velocidad que hay por Internet son útiles de manera bastante limitada y deberían darnos también datos de latencia. De todos modos usando dos herramientas muy comunes incluidas en todos los ordenadores que tenemos en casa es posible estimar muy bien este parámetro también y tener una visión mucho mejor de la calidad de nuestra conexión.

Espero que todo esto te ayude a entender mejor cómo funciona Internet y a determinar posibles problemas con tu conexión a Internet y la calidad de tu proveedor de acceso 🙂

¿Usas Instapaper y Windows 8? Pues tengo una app gratis para ti

Post original en JASoft.org: http://www.jasoft.org/Blog/post/191;Usas-Instapaper-y-Windows-8-Pues-tengo-una-app-gratis-para-ti.aspx

LogoInstapaper es un sensacional servicio para los que leemos mucho en Internet. Es muy simple pero extremadamente útil: cuando estás ojeando un post en un blog, un artículo, un vídeo o cualquier otra cosa en Internet y no tienes tiempo de pararte a leerlo a fondo pulsas el botón”Read later” y automáticamente te guarda una referencia en tu cuenta de Instapaper para que lo leas con calma más tarde, cuando tengas tiempo.

Yo generalmente acumulo de esta forma decenas de artículos interesantes que luego leo el fin de semana desde mi tablet.

Para conseguir su “magia” Instapaper utiliza un scriptlet -es decir, un fragmento de JavaScript- que se coloca en tu barra de favoritos y cuando lo pulsas, envía la URL a la lista de leer más tarde (debes estar autenticado antes, claro).

En esta figura puedes ver el scriptlet (lo he renombrado) en mi navegador de escritorio:

ReadLater

También existen extensiones para Firefox y Chrome que permiten hacer lo mismo.

Navegador en Windows 8

Con los años esta aplicación se ha vuelto indispensable para mi, sobre todo a medida que delego más la lectura de todo tipo de información a mis ratos libres del trabajo, leyendo en el sofá o en una terracita. De hecho soy suscriptor premium del servicio, es decir, dono dinero cada trimestre para ayudar a su creador a mantenerlo ya que, aunque no es necesario pues es gratuito, creo que el proyecto lo merece de sobra. Si lo usas mucho deberías hacer lo mismo.

Instapaper está soportado por multitud de aplicaciones para iOS y Android por lo que en mi anterior tablet (un iPad 1) no tenía problema, ya que podía enviar artículos a la cola desde casi cualquier aplicación, y también tenía un scriptlet específico para Safari, el navegador que trae por defecto el sistema.

Hace poco he cambiado el iPad (que cada vez funcionaba peor, ya lo contaré en otro post porque tiene historia) por un nuevo tablet con Windows 8. Y estoy encantado con el cambio (ya lo contaré también).

El problema es que el navegador estilo “Metro” de Windows 8 (IE10) no soporta crear accesos directos a scripts, o sea, no soporta scriptlets. Por lo tanto no tenía manera de enviar artículos a Instapaper de manera sencilla desde el nuevo sistema, y realmente lo necesitaba ya que, como digo, lo utilizo muchísimo. No era cuestión tampoco de cambiar de servicio de acumulación de noticias, porque a todos les pasa lo mismo (no hay scriptlet), así que me decidí a crear mi propio sistema.

El resultado lo tienes en la Windows Store: Share To Instapaper App.

Está disponible en inglés pero también la he desarrollado multi-idioma y he liberado una versión en Español para facilitar su uso a los hispano-hablantes, aunque el servicio es solamente en inglés por ahora.

Su uso es muy sencillo:

  1. La instalas en tu Windows 8. Aparecerá como un “Tile” en tu página de inicio.
  2. Al entrar en la aplicación te pedirá que le indiques tus credenciales de Instapaper, y las validará.
  3. Ahora ya puedes, si quieres, desanclar la aplicación del menú de inicio, pues solamente te servirá para consultar tu usuario, borrarlo o cambiarlo, y la puedes buscar cuando quieras para hacerlo.
  4. Cuando visites una página Web desde el navegador, si quieres enviarla a Instapaper lo único que tienes que hacer es mostrar la barra de “charms” (deslizando el dedo desde la derecha o llevando el ratón hasta la esquina superior derecha), y pulsar en “Compartir”. Verás que ahora tienes un icono de “Share To Instapaper”. Al pulsarlo enviará la URL a Instapaper y te anotará también desde qué ordenador lo has enviado y en qué fecha y hora.

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¡Espero que te resulte útil!