El surfista tecnológico
Introducción
En el pasado TechEd que se celebró en Europa (en Madrid en esta ocasión), tuve la oportunidad de hablar con algunas de las personas que fueron allí.
Aunque y como es lógico, hablamos de muchas cosas diferentes (situación económica actual y como afecta esto en el sector, etc), fue casi obligado hablar de las tecnologías Microsoft que estaban cambiando, las que se estaban descartando y las que irrumpían con fuerza.
Y como suele ser habitual, una cosa lleva a la otra, y lo que se empieza de una forma termina dándose la vuelta una y otra vez y terminamos hablando de siglas, tecnologías emergentes de todo tipo y naturaleza, frameworks de toda clase y color, cachivaches varios,… y bueno, nos encontramos sumidos en una gran e interesante conversación donde se entremezclan tantas cosas y tendencias que a veces tienes que para para tomar aire y no agobiarte.
Fue entonces cuando les dije a las personas que estaban conmigo en aquel momento que yo basándome en mi experiencia siempre que hablo de esto, termino hablando del término surfista tecnológico que les expliqué brevemente y que ahora voy a compartir públicamente con todos vosotros y que tan bien viene en estos momentos en los que mucha gente se va a la playa de vacaciones.
La marea tecnológica
Para hablar del surfista tecnológico, es preciso hablar antes de la marea tecnológica.
La tecnología aparece, cambia o muta, se transforma, muere… vamos… como el anuncio, nace, crece, se reproduce y muere. Y dentro de esa marea tecnológica nos encontramos todos los amantes de la tecnología.
Aparece un framework de «nosequé», y sin quererlo tenemos un montón de iniciativas open source y de pago de ese «nosequé». Y la gente empieza a decirte que «a» es mejor que «b», y al cabo de los meses aparece «c» que es mejor que ninguna de las dos, pero resulta que la última actualización de «a» es la leche,… pero «d» ha aparecido y es lo que lleva ahora… y vamos… esto se convierte en un sin vivir.
Sin embargo, los amantes de la tecnología no somos de los que nos quedamos mirando las olas del mar, tenemos que meternos dentro y tratar de saltar algunas y de meternos por debajo en otras,… dicho de otra forma, ¡lo queremos conocer todo!.
El surfista tecnológico
Y aquí entra en juego una nueva pieza… el surfista tecnológico.
Pensemos ahora que todos esos amantes tecnológicos son (somos) surfistas, y que lejos de querernos quedar mirando las olas del mar, nos adentramos dentro del agua para conocerlas bien, para coronarlas y surfearlas, para echarle un pulso a la física y a la habilidad.
Pero dentro del grupo de surfistas tecnológicos, tenemos (de forma muy general), el surfista novel y el surfista experimentado.
El surfista novel es aquel que se sube en todas esas olas tecnológicas, es decir, todas le parecen buenas para coronarlas y surfear encima de ellas.
Su limitada experiencia no le ayuda a tomar decisiones de manera eficiente, y cree que debe conocer absolutamente todo porque piensa que todo lo que aprenda le hará más fuerte.
El surfista experimentado sin embargo, ya fue surfista novel y sabe que debe dosificar su tiempo y que ya sabe por experiencia propia, que no todas las olas son interesantes, muchas de ellas parecían buenas olas para surfear pero solo eso,… lo parecían. Empezaba a crecer como una ola excelente, pero de repente se desvanecía rápidamente.
El surfista experimentado se hace selectivo, deja pasar muchas olas hasta que a lo lejos en el horizonte, otea una que le parece interesante, y que según se acerca a él ya tiene claro si es una ola de las buenas o de las que se desvanecen rápidamente, es decir, una ola a la que le interesa subirse o dejarla pasar para elegir otra que considera mejor.
Lógicamente, experimentado no significa libre de error, y en algunas ocasiones, se sube a la ola incorrecta (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra).
Los buenos tecnólogos se hacen a base de experiencia, de ser un surfista novel al principio, y de poco a poco y basándose en su experiencia y errores, lograr ser un surfista experimentado que sabe detectar rápidamente que ola tecnológica le conviene y sobre cual quiere subirse para hacer grandes piruetas (grandes avances en su carrera profesional).
¿Te es reflejado en este símil?. ¿Cuál es tu idea?, ¿crees que debemos conocer todo lo que aparece o debemos ser selectivo como el surfista experimentado?.
2 Responsesso far
No puedo estar más desacuerdo, me viene a la mente el famoso refrán ‘el mucho abarca poco aprieta’, sin embargo empiezo a tener verdaderos problemas para seleccionar la ola más adecuada, no hay que olvidar que una ola más pequeña también nos puede llevar a la orilla y proporcionarnos incluso más satisfacciones que la ola grande, es muy difícil conocer aunque solo sea un poco todas las tecnologías que aparecen, yo creo que tendemos a un mundo más colaborativo, en el que muchas de las decisiones sobre arquitecturas y nuevas tecnologías, tengamos que basarlas en base a las creencias de aquellos expertos mejor conocedores que nosotros de las ventajas de cada una de ellas.
Siempre he pensado que los lenguajes y las tecnologías no marcan la diferencia, la diferencia la marcamos nosotros, nuestras ideas y nuestra forma de desarrollar hacen que las aplicaciones tengan éxito o no, escoger una u otra tecnología pienso que en la mayoría de los casos es irrelevante partiendo de una pequeña base, no hay más que fijarse en los lenguajes utilizados en internet, Phyton, Php, Rubi, Java, .net, Html, C++, todos cumplen su cometido, la diferencia la establecemos nosotros.
Un saludo.
100% de acuerdo con Juan. El punto es cierto porque son los desarrolladores los que desarrollan, y no las tecnologías ni los frameworks ni ninguna otra cosa. Obviamente que brindarle las mejores herramientas a un buen carpintero debe dar buenos resultados pero si le damos las mejores herramientas a un inepto no obtendremos ninguna diferencia.
Uno puede hacer buen software con tecnologías antiguas y simples como así también hacer desastres con tecnologías, librerias, IDEs y lenguajes de lo más prometedores.