Iliad: Segunda impresión

Aunque sigo pensando que el diseño ergonómico del iLiad no es el ideal, he de reconocer que si uno lee en posición recta –es decir, sentado en una silla-, o medianamente inclinada, resulta bastante cómodo de manejar, y los controles están situados exactamente en el lugar correcto. Lástima que no hayan pensado en los gandulazos que o bien leen tumbados en la cama, en el sofá o en lo que yo llamo «sillón de leer», que es un sillón orientable y abatible con funciones incorporadas de masaje y calor que casi nunca uso.


La duración de la batería supera las diez horas, y la recarga tarda apenas dos horas (no lo he medido exactamente, pero si es más tiempo, no es mucho más). Una cosa que no me gusta es que cuando queda poca batería, en lugar de sacar un aviso más o menos razonable (por ejemplo, hacer parpadear el icono de la batería), la pantalla se apaga y saca un mensaje bastante interruptivo. Lo curioso del tema es que algunas veces me cierra lo que esté leyendo y otras me deja seguir, aunque al final termina apagándose él solo.


Una vez acostumbrado a la pantalla –se hace difícil porque uno, cuando toca un ordenador espera una pantalla retroiluminada y no una hoja de papel de periódico-, la lectura es fantástica, mejor que fantástica, inmejorable. De hecho terminas olvidando que es un aparato y te centras en la propia lectura.


Pero no tienes la pantalla completa para mostrar el libro, sino que abajo del todo tienes unos dos centímetros ocupados con dos barras de botones situadas en los laterales y más abajo una especie de barra de desplazamiento que te marca las páginas y por dónde vas. La barra de la derecha es general y siempre está presente, pero la de la izquierda cambia dependiendo de qué estés viendo, si el paginador de libros, la configuración, el lector de PDFs o el Mobipocket.



Una cosa curiosa del paginador es que se mueve de derecha a izquierda conforme vas leyendo, de forma que el número de página actual siempre se muestra en el centro, y lo que se desplaza es el propio paginador. En principio es una buena idea, pero a mi modo de ver podría haberse estado quieto y dejar a ambos lados sitio para colocar, por ejemplo, un reloj.


La gente del iLiad ha publicado una guía con la información necesaria para que nos creemos nuestros propios ficheros, tanto a partir de Word como de PowerPoint. De hecho, hasta hay una plantilla para facilitarnos la labor. Como el aparato puede leer PDFs tanto en horizontal como en apaisado, se dan guías para ambas formas.


El texto en PDF recomendado por los creadores del iLiad queda así (para los curiosos les diré que se trata de Pórtico, el primer volumen de la Saga de los Heechee de Pohl):



La lectura resulta muy fácil, y aunque el interlineado recomendado es mayor al que se muestra en la imagen, a mi me gusta más (aparte de que cabe más texto y resulta menos frecuente el paso de hojas).


La siguiente foto muestra el texto a doble columna con un tamaño de 10 puntos y el interlineado al mínimo posible sin que se pisen las líneas (En este caso se trata de La Voz de los Muertos, segundo volumen de la serie de Ender, por Orson Scott Card:



Y para finalizar, otra captura, esta vez del Ananlog de septiembre de este año visto con el Mobipocket:



Si se observa cierto abombamiento en las imágenes éste se debe a la cámara, ya que las fotos se han tomado lo más cerca posible. Comentar que sigue sin gustarme el Mobipocket, aunque nos han prometido que la versión del iLiad terminará trayendo todas las características que traen las demás versiones. Esperemos que así sea, y que de paso solucionen el tema del paso de página, que realmente es desesperantemente lento y casi es lo único que no me gusta de verdad del aparato.


Está a punto de salir una actualización de primer orden. En ella, con ayuda de la comunidad, han modificado el visor de PDF para que se abra en pantalla completa (con lo que los libros técnicos van a ser más fáciles de leer) y para que el micro trabaje a 400 MHz en el paso de hojas, a 200 MHz durante la carga y a 100 MHz mientras se está leyendo. De este modo se prevee un espectacular aumento de la duración de la batería, ya que ahora el cacharro trabaja indistintamente a 200 MHz.


Lo siguiente es la imagen que se nos muestra durante el arranque. Abajo se puede ver una barra que cuando se llena, aparece el menú de los últimos elementos leídos (además, se puede ver el sinseñor sin patas que se utiliza para conectarlo por USB, por Ethernet o recargarlo):



La última imagen nos presenta al iLiad en pleno proceso de actualización. Ya sea por WiFi o por Ethernet, cuando así lo queremos, se conecta al servidor IDS y descarga las posibles actualizaciones. Tras esta pantalla él solo se reinicia:



Comentar finalmente que me parece un aparato estupendo y que cumple ampliamente su función, pese a los comentarios anteriormente vertidos (que siguen siendo perfectamente válidos, digamos que es la parte crítica e inconformista de alguien que también diseña –o participa en el diseño- de aparatos electrónicos y que muchas veces tiene que cambiar su opinión por consideraciones de tiempo, espacio, recursos, o simplemente porque el jefe opina diferente que tu y es el que paga, tanto el diseño, como a ti mismo).