iPad/iPod/i<Cosa> vs. E-ink y otras petisoperías

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Llevo como una semana leyendo exclusivamente
con el iPad y mi nuevo iPod Touch de cuarta generación, que para quien no lo
sepa tiene una resolución casi idéntica a la del iPad pero en una pantalla
mucho más pequeña, por lo que si tienes buena vista la calidad de lectura es
acojonante. Y no, no me molesta el brillo de la pantalla, y si con treinta años
pegado diez horas al día a una no me he quedado ciego, no creo que me quede en
otros treinta, no al menos por culpa de ellas.

Pese a las críticas a las plataformas de Apple,
y su evidente limitación en algunos dispositivos, cada vez estoy más convencido
de su utilidad, por encima de Windows. Vamos, que me estoy convirtiendo en un switcher de pro y al completo, pues le
estoy dando un tiento al Xcode 4 y me he bajado (y estoy leyendo –que es
diferente a bajarse-) un montón de documentación sobre programar en OS X.

A lo largo de mi historia de amor/odio con
Apple, he ido rodeándome, sin quererlo, de muchos de sus dispositivos.

Primero fue un iPod de segunda generación, que
ahora duerme el sueño de los justos pues lo tengo de mero despertador pero que
en su momento me acompañó en muchos viajes y cuitas.

Unos meses después vino un iMac (2008) como
quien no quiere la cosa, o más bien como capricho. Ya llevaba un tiempo
echándole los ojos a un portátil de Apple, pero los precios me echaban para
atrás. Sin embargo, un día en el Mediamarkt mi hermana me dio el empujón que me
faltaba y me volví con un flamante Core2Duo de 24”.

Tras la emoción inicial también quedó criando
malvas, más por no entender el OS X que por otra cosa, ya que es un aparato
silencioso y que cumple como un jabato. De hecho se quedó como plataforma para
actualizar el iPod y luego el iPad.

Porque el iTunes en Windows es una mierda. Se
atasca y atasca el sistema (incluso en mi i7 con 8 núcleos) sin subir ninguna
CPU a un porcentaje de uso remarcable. Es como si el driver USB fuera una
castaña pilonga. En algún momento tuve las bibliotecas compartidas entre mi
anterior PC (un QuadCore) y el iMac gracias a algún que otro truco, pero ya no.

Más tarde vino el iPad. ¡Ay el iPad! Ese
elemento denostado por todos pero que ha tenido un éxito inmenso, más allá de
cualquier expectativa… Y es que, pese a las bocas llenas de despectiveces de los expertos, ese tipo
de tabletos (expresión copiada de Juan Luis Chulilla) era algo
esperado con ansia.

No voy a entrar aquí en que si no es un PC,
que no lo es, o la era post-PC del haba de Steve. Es lo que es. Un aparato para
estar tumbado en el sofá y ver una película, o leer, o revisar el correo. Y
quien niegue la utilidad de eso está más ciego que un topo. Por lo menos para
los singles como yo que se pasan el
día a solas… y hay unos cuantos singles
por el mundo.

Bueno, como os decía, vino el iPad. El mismo
día que salió en USA lo compré a un revendedor americano, por lo que el lunes o
el martes siguiente lo tuve aquí y pude, por fin, pasar más tiempo en el sofá
que delante del ordenador. Sí, yo soy ese tipo de gandul que es capaz de hacer
los trabajos de Hércules si luego va a estar tranquilo tocándose las bolas.

Se me olvida decir que antes de esto vino un
Time Capsule como disco de copia de seguridad para el Time Machine, Windows y
como router. Lo cierto es que como disco de seguridad para Windows no sirve
porque la mitad de las veces se desconectaba solo, y  Windows 7 terminó de rematarlo. Pero como
router es insuperable, y cuando viene alguna visita que quiere WiFi le activo
la de invitados y me ahorro de compartir claves y demás zarandajas. Y es un
equipo robusto. El cable modem ha sido cambiado dos veces, mientras que el TC
ahí sigue, haciendo de Time Machine para mi Snow Leopad.

No me cansaré de repetirlo: el iPad es la
rehostia. Y no, no me voy a comprar el iPad 2. Porque la inclusión de las
cámaras me la trae floja, y el que pueda ir hasta nueve veces más rápido
también. No soy un gamer. Soy un reader. Lo actualizaré cuando le pongan
una pantalla más grande o con más resolución. O se rompa el que tengo.

Durante el día, en el trabajo, voy revisando
las RSS en los tiempos muertos y las entradas que me interesan las envío al
Instapaper. Por tiempo no siempre puedo hacerlo, pero es lo habitual.

Cuando llego a casa y hago las tareas comunes
(revisar el correo y las news en el PC MAC, cenar, ducharme, ponerme
cómodo), me tumbo en el sofá (en
cursiva porque es una cama de esas con motor que puede adoptar la postura que
quieras) con mi iPad a mano. Leo las RSS que me han quedado y las que me
interesan las voy pasando al Instapaper
desde el propio programa. Para mis sindicaciones principales uso MobileRSS,
y para las secundarias (libros gratis, libros gratis, y algún que otro relacionado) NewsRack (tengo dos cuentas de
Google).

Luego le toca el turno a Fipboard y a Zite.
Este último es un reciente descubrimiento y todavía me estoy haciendo a él (y
él a mi). Digamos que utiliza una serie de algoritmos basados en tu cuenta de
Twitter y de Google Reader para ofrecerte noticias relacionadas a tus
intereses. Y se va auto configurando según lo que hagas, lo que leas y cuánto
tiempo le dediques a cada tarea. Sí, ya sé, todo termina en unos servidores que
a saber qué van a hacer con la información que capturen. Hablando en plata me
la trae más que floja que sepan que mis intereses sean C++ o los piticos de
boina…

Tras eso cargo el Instapaper y me recreo en la
lectura de todo lo que me he ido pasando. A veces reenvió por correo o saco a
Facebook o Twitter algo. Eso me ocupa sobre una hora u hora y media, dependiendo
de las novedades que haya.

El siguiente paso consiste en o bien cerrar el
iPad y abrir un libro-e o libro-p o bien seguir con el iPad, que es lo que
estoy haciendo últimamente. Y luego a mimir, a veces incluso en el mismo sofá
si hace frío, tengo la chimenea encendida, y estoy perraco para cambiar de
cuarto… En verano no sé cómo será mi rutina, porque el anterior mi casa estaba
de otra forma y la habitación que ahora es mi cuarto de estar era la de
trabajo…

Sí, la tele la tengo de adorno, en otro
cuarto, y que siga así por muchos años.

***

Ahora metamos el PC en medio. Es decir, cuando
llego a casa lo enciendo y encendido se queda hasta más o menos cuando me voy a
dormir. A ratos me levanto y miro las news o miro algo que no puedo hacer en el
iPad.

Algunos días, cuando estoy de humor y la
jornada de trabajo no ha sido muy opresiva, programo en casa mis cosas tras la
sesión con el iPad (o antes). Sí, tengo proyectos personales a medio hacer,
algunos de ellos interesantes.

Y es aquí dónde viene la crisis del PC… y
personal. Entre septiembre y noviembre de 2010 mi situación laboral cambió
drásticamente. Básicamente fui miserablemente engañado por mi jefe, aunque él
diga que no. Yo curraba en casa. La central en Madrid cerró por temas que no
tienen que ver con la crisis y de los que ni puedo ni quiero hablar, y fue
trasladada a una ciudad a media hora de coche de dónde vivo. O al pueblo en
donde vive mi jefe.

Yo trasladé mis cosas allí temporalmente para
terminar un proyecto que corría prisa. ¡Qué inocente que fui! Pasaron dos meses
y seguía allí. Al final todo explotó. Tuve una gordísima con mi jefe y todo
quedó claro: no sólo fui engañado para cambiar mi forma de trabajar, sino que
luego encima se regodeó diciéndome que ya no podía protestar, que legalmente
tenía un mes y ya habían pasado dos. Las promesas de ir sólo uno o dos días a
la semana se las llevaron el viento. Mintió como un cosaco.

Pero no sólo fue eso. En el proceso se
perdieron 1000 euros que se me debían de unos extras realizados un tiempo antes
y no se me pagaron y “hazte cuenta de que eso no lo vas a ver nunca”. Y también
perdí mi PC. Mi versión es que cuando yo empecé a trabajar en mi casa había un
PC de nivel medio/alto que era mío. Cuando dejé de currar en mi casa no quedó
ninguno. Según mi jefe, el PC lo había pagado él. En cierta medida así era,
puesto que del original no quedaba ya ninguna pieza, todas ellas rotas u
obsoletas en el desarrollo de mi labor profesional. El hecho de facto es que al empezar yo tenía un
PC y al terminar no tenía ninguno.

Depresión al canto, ideas muy malas de
llevarlo a los tribunales con todo y a por todas. Sondeo de familiares y
conocidos para el tema. Todos me daban la razón y afirmaban las palabras y
promesas que habían oído de mi jefe, pero nadie se comprometió a decirlas ante
un juez (y dándoles gracias por avisarme antes y no hacerlo en el momento
crucial). Su palabra contra la mía. Y mejores abogados, como llegó a decirme.
Hubo unos días en los que la baja por depresión se tornó una salida demasiado tentadora,
una baja larga y demoledora par él…

Lo curioso y lo que más me jode es que encima
él queda como el bueno de la película. Como Steve Jobs, su distorsión de la
realidad es legendaria entre sus conocidos y familia (por desgracia yo mismo).
Según él me dio posibilidad de traérmelo y usar la morralla que había en la
empresa, pero claramente las facturas de muchas cosas estaban a nombre de la
empresa. Es preferible perder un ordenador que luego ser acusado de robar
material de la empresa. Aun así me traje todo lo que tenía una factura a mi
nombre…

Pero no, había de por medio otras razones para
seguir de las que no debo hablar… así que decidí tragar y seguir. Horario a
rajatabla. Cero concesiones. Pasar de él. Todavía tengo cartas en el bolsillo
para jugar, pero las cosas se están volviendo “amigables” de nuevo. De nuevo
vueltas a casa a las diez de la noche (antes no eran “vueltas a casa” pero eran
“retiradas de currar”)… Pero no, no lo voy a consentir.

***

Bueno, centrándonos en el tema, yo estaba en
casa, depresivo y sin ordenador. No, sin ordenador no. Tenía mi fiel iMAC, ya
algo obsoleto y con un rendimiento no muy bueno al menos comparado con el PC…
Así que volví a usarlo.

Pero cometí un error. Instalé el vmWare Fusion
y le metí todo lo que tenía en una máquina virtual con Windows 7. Imaginaros un
iMAC con 4GB de RAM corriendo una VM con 2GB asignados… Lento.

Por mi cabeza pasó un Mac Pro de 12 cores con
mucha RAM. Pero el precio se iba –mucho- de madre. Además, no es oro todo lo
que reluce, el rendimiento en determinadas circunstancias no era el esperado en
semejante bestia. Así que del de 12 cores bajé al de 4… y me dije que por ese
precio tenía un PC el doble de potente, así que eso hice.

Un i7 de 4 núcleos HT que son 8, 16GB de RAM,
4 discos SSD y uno SATA II en una súper placa Gigabyte con más chipsets que
operaciones cosméticas llevan algunas, además de una ATI 6850. Y un monitor de
24” a 1920 x 1200 (en lugar de los ahora 1080 habituales) para complementar el
que había podido rescatar del ordenador que era mío pero no era mío. Una bestia
parda, vamos. El iMAC de nuevo a la otra mesa, como actualizador del iPad e
iPod…

 Pero la
procesión iba por dentro. Como un runrún. Cada vez que cogía un libro para
ponerme a estudiar como antes me venían a las mientes que eso iba a servir para
mejorar mi curro… y lo dejaba. Si abría el Visual Studio lo mismo. Empecé a
usar C++ Builder, que no uso en el curro, pero daba igual.

No quiero. No quiero mejorar para mi jefe. Lo
siento. Las tres horas al día menos de tiempo libre que tengo las tiene que
pagar de alguna manera. Sí, ya sé, pensaréis que no estaba mejorándome para mi
jefe sino para mi. Pues sí y no, pero no es una cosa de querer, es una cosa de
poder. A fecha de hoy no puedo estudiar si lo que estudie sirve para lo dicho.
Está en mi y en mi espíritu. Punto.

Por lo tanto estoy en crisis. Crisis profunda.
No puedo hacer código en casa. Ni siquiera puedo leer un tema técnico sobre
desarrollo sin que me de asco. Sí, ya sé. La depresión… O simplemente largarme.
Tengo para vivir una muy larga temporada sin trabajar. Pero no, esa es la
solución fácil. Es el camino que no debo tomar. O al menos no ahora. Como dice
el refrán, a todo cerdo le llega su San Martín. Veremos.

***

Y seguimos con el runrún. También me comentaron
en algún foro que para qué cojones quería un MAC si lo iba a usar como un
Windows. Así que fui a por un PC de gama alta. Y me lo compré. Estamos ya en
diciembre, han pasado tres meses desde el desastre.
Gracias, Noelia, a ti también te las tengo que dar. Por ser como eres.
Simplemente por eso.

Pero la realidad estaba en que quería usar el
MAC como un Windows, o metiéndole un Windows dentro, o como queráis verlo. ¿Y
por qué no usar un MAC como… un MAC? Aceptar sus ventajas e inconvenientes y
tirar hacia delante…

Joder, a veces uno es tonto y se le escapa lo
evidente…  Pero todavía no estaba
convencido del todo. Yo soy un windowsero rabioso, un fanboy de Windows… Y vino
el león. Y Xcode 4.

Ha habido un par de semanas en la que un día
he tenido el PC y al otro el MAC. Y vuelta a cambiar de nuevo. Eso de perder 20
años de experiencia a mis 40 suena un poco fuerte… Indecisión. Culo inquieto. Y
eso que el rendimiento de mi iMAC en real es bastante decente.

Hala, de nuevo a confesarme. No, claro que no
es perder 20 años de experiencia, ni mucho menos. Es como cierta lástima a
abandonar, a tomar un camino nuevo y diferente. Perder el MVP. No es que lo
vaya a perder de la noche a la mañana ni mucho menos. Todavía respondo en los
foros, pero si os dais cuenta desde la crisis no he publicado apenas nada en mi
blog de desarrollo. Y tengo temas para hacerlo, pero me faltan las ganas, sobre
todo cuando te das cuenta de que encima eres un MVP incómodo.

Yo no escribo en el blog ni respondo en los
foros para ser MVP. Sólo faltaría eso. Escribo y respondo porque me apetece y
punto. Pero ahora ya no me apetece, o apenas lo hace. Se suma mi crisis, la
incomodidad que genero, el hecho de que MS esté perdiendo puntos a pasos
agigantados. Nada es decisivo, pero afecta. Bueno, las ganas y mi crisis sí que
son decisivas, pero siempre se puede hacer un esfuerzo. Pero no, simplemente no
me apetece.

Y es que, también, el proyecto MVP está
muerto. Microsoft lo ha matado lentamente. ¿Cómo pueden estar tan ciegos? ¿Cómo
cojones pueden llevar 10 años con un sistema de ayuda para Visual Studio que
simplemente no funciona (por poner un ejemplo evidente)? ¿Es que no ven lo
evidente?

Así que se me quitan las ganas cuando encima
tengo pocas. La opción fácil es mandarlo todo a tomar por culo. Sin más… Pero
no, de nuevo esa es la salida fácil. No hablo del MVP, al final eso me da
igual. Si he perdido el interés la culpa es de Microsoft. Simplemente que se
jodan.

Hablo de mandarlo TODO a tomar por culo. Es
una opción. No la mejor pero una de ellas.

***

Hay otras. La cacharrería de Apple me mola. El
Magic Mouse es… mágico. El Trackpad ya ni os digo. El teclado extendido en el
centro. A la izquierda la tableta. A la derecha el ratón. Enfrente hacia la
derecha el iMAC, a su izquierda el monitor secundario. Mola.

Detrás del iMAC, un Book Studio Edition II for
MAC de 2TB en RAID 0, recientemente adquirido, conectado al iMAC por FireWire
800. Conectado al PC por eSata va más rápido, pero yo lo quiero en mi MAC.

El iTunes no hace cosas raras cuando actualiza
mi iPad o mi iPod. El iMac no hace ruido alguno. Se suspende solo (bueno, el PC
también, pero el iMAC lo hace con más estilo. :-P). Y la pantalla es
acojonantemente buena. El monitor secundario tampoco está mal, es un BENQ que
tiene entradas para todo y en su momento costó casi lo que se me debe…

Alfred, Snap. CleanMyMac, BetterZip, VideoLAN,
Transmission, Speed Download 5, Calibre. Mola. El Fusion para abrir una máquina
virtual Windows de tarde en tarde. Ahora ya no cometo el error de usar Windows
virtualizado. Si me hace falta algo que requiera rendimiento enciendo el PC y
lo controlo por escritorio remoto. El sempiterno Office (Versión 2011), a la espera
de que salga Pages 11…

No me hace falta nada más.

Bueno, sí, un iMAC algo más rápido y con más
RAM, pero con el añadido del Book Studio de momento me sobra. Esperemos a la
próxima actualización de los iMAC (los expertos dicen que para junio o julio),
aunque un i7 con 8GB de los actuales tampoco estaría mal. 27” de monitor. Qué
gozada.

Vendo mi PC recién comprado. Y mi Touchsmart
TM2 con algo más de un año.

Xcode 4, en este momento compilando QT 4.7.2,
aunque no creo que lo use. Un montón de PDF para leer en el iPAD en relación a
Cocoa, Xcode y desarrollo MAC. Mola. Mola mazo.
J

El iPad no tiene sistema de ficheros, pero me
la trae al pairo. Mi mayor preocupación a la hora de leer un PDF es si hacerlo
en el GoodReader o en el iAnnotatePDF. Mi mayor preocupación a la hora de leer
un EPUB o un MOBI es si hacerlo en el iPod o en el iPad, y luego en qué
aplicación (tengo para elegir. Las que más me gustan son el iBooks, el Kindle
for iPad/iPhone, el Stanza o el i2reader).

Si quiero meter un fichero al iPAD, lo enchufo
al MAC, lo paso a la aplicación correspondiente y a otra cosa mariposa. Sí, ya
sé, se puede hacer igual desde Windows. Pero solo cuando el iTunes quiere (no
entro si es a propósito o no). Las copias de seguridad del i<Cosa> me
tardan un montón en Windows. En MAC son rapidísimas.

No hay multitarea real. No me hace falta. El
GoodReader habla con las otras aplicaciones compatibles. Y el MobileRSS, y el
NewsRack, y el Instapaper. Y el Dropbox.

Mola.

Mola mazo.

Y tengo un nuevo reto: aprender a programar en
MAC. Y eso a mi jefe no le sirve para nada. Lo mismo hasta vendo alguna
aplicación en la tienda…

Mola.

Mola mazo.

J

 

2 comentarios sobre “iPad/iPod/i<Cosa> vs. E-ink y otras petisoperías”

  1. Tu calenton mola… Mola mazo 🙂
    En serio, me imagino por lo q has pasado y te deseo lo mejor con tu nueva aventura maquera, q se joda tu jefe xD

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