Poco a poco los contenedores, y Docker en especial, se han ido abriendo paso en nuestro workflow diario. Y si al principio era tan solo un mecanismo para encapsular aplicaciones, luego también vimos en ellos una magnífica opción para evitar tener que instalar mil dependencias en las máquinas de desarrollo y finalmente para compilar cualquier proyecto… sin tener que instalar ningún SDK en local.